Contrarrestando a esta realidad, se encuentra que somos sabedores de que si se inicia el aprendizaje de una lengua en edades tempranas, se puede conseguir una mayor predisposición al aprendizaje de lenguas, lo que permitirá hablar dos o más lenguas extranjeras.
Lo importante es seleccionar la propuesta educativa que más se ajuste a nuestra realidad, o en el caso de las escuelas, adecuar las propuestas educativas a cada edad, contexto,…
2. Acerca de los métodos.
Nos encontramos una gran diversidad de métodos, desde aquellos que ofrecen un mayor número de horas de enseñanza y práctica mientras ofrecen los contenidos muy lentamente, hasta aquellos que ofrecen menos horas con mayor contenido.
La cuestión no es programar más tiempo, lo interesante sería que se pudiera articular un sistema en el que las distintas lenguas que se aprendan, no se encuentren aisladas del resto de aprendizaje, al menos en el terreno escolar. Esto se traduce en dedicarle espacios de tiempo de las asignaturas a enseñar, las propias asignaturas (Matemáticas, Lengua Castellana, Conocimiento del Medio), en la lengua extranjera. La dificultad estriba en la falta de formación en lenguas extranjeras del profesorado, que en la gran mayoría de las ocasiones, no se encuentra preparado para enseñar en otro idioma.
Incluir la lengua extranjera en otras asignaturas supone un esfuerzo que permita relacionar los contenidos de la lengua extranjera y las metodologías de las demás asignaturas. Esto sucede en los centros escolares bilingües.
Como se recoge en uno de los documentos propuestos por el Consejo de Europa “El marco europeo común de referencia…” sería interesante plantear el sistema educativo, pensando en la educación para vivir en la sociedad en la que ya viven.
Es un error facilitar los aprendices en ámbitos, por decirlo de alguna manera, “aislados” para después integrar esos aprendizajes en su propia realidad y contexto, resultándoles de gran dificultad generalizar los aprendizajes y ponerles en práctica, tanto los de la lengua extranjera como el resto de contenidos.
Por ello se hace necesario que potenciemos la práctica y una enseñanza activa, en la que participen del aprendizaje en todo momento.
3. Necesidades para una enseñanza bilingüe.
La primera, y mayor necesidad para tener una enseñanza bilingüe, es que el profesorado también lo sea. Como recogía el Informe sobre la Educación Europea, el estudio Eurydice, en todos los países europeos se necesitan más docentes formados para impartir clases en lenguas extranjeras.
Pero para ello, habría que incentivar a este profesorado para mantener una formación continua que le permita estar preparado para los cambios sociales. Y hablo de incentivar, porque pese a ser la lengua extranjera algo fundamental hoy en día, existen otras temáticas igualmente necesarias para la formación permanente y el reciclaje de los conocimientos, y todo ello requiere tiempo y esfuerzo.
Por todo ello, se debería cambiar la mentalidad respecto a las lenguas extranjeras. Un nuevo sistema que ofrezca mas posibilidades para los niños/as, maestros/as y toda la comunidad educativa.
Para finalizar, no podemos olvidar, que los padres y madres deberían disfrutar de estos medios nuevos, para asegurar el aprendizaje de sus hijos/as, y mejorar entre todos el nivel de conocimiento de lenguas extranjeras en los mas pequeños y en toda la sociedad en general.
Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)