“Estos pacientes con consecuencias físicas se sumarán a las abultadas listas de espera que el Sistema Nacional de Salud ya tiene que afrontar con gran dificultad debido al elevado aumento constante del envejecimiento poblacional que está dando lugar a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas asociadas a la discapacidad”, señala en un comunicado la presidenta de la SERMEF, Carolina de Miguel Benadiba.
En este contexto, la máxima representante de los médicos rehabilitadores de España ha afirmado que “la atención a las secuelas de las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento, junto a las de COVID-19, va a provocar serios problemas y una crisis para absorber tal demanda que puede poner el límite al Sistema Sanitario”.
“A estas listas, hay que añadir a las personas con secuelas del coronavirus que suelen ser principalmente respiratorias y neuromusculares. Se traducen en una importante pérdida muscular y déficits de funcionalidad que impactan de forma negativa en la calidad de vida de los pacientes, así como en la de sus familiares y cuidadores. Por ejemplo, el síndrome post-UCI produce secuelas por una inmovilidad mantenida que pueden ser muy duraderas, incluso después del alta hospitalaria”, ha concluido la presidenta de la SERMEF.
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