No por ello se debe pensar que los tiempos de ocio han desaparecido al caer la hoja de Agosto en el calendario. Una actitud más optimista es la que considera que se disfrutarán en momentos diferentes durante la semana. La vuelta nos trae nuevas ilusiones, fuerzas recobradas tras el descanso estival.
Este nuevo momento, requiere un esfuerzo por parte de las familias para que el ingreso en los colegios y/o guarderías sea bueno. La mayor dificultad se encuentra en establecer más disciplina en el cumplimiento de horarios y compromisos.
El niño/a necesita un tiempo para adaptarse a la nueva situación, de forma progresiva. Ya que todo cambio, provoca alteraciones en la vida que se estaba llevando. Siendo de gran importancia que la actitud de los maestros/as y de las familias sea positiva hacia ellos/as, de modo que se sientan apoyados durante la transición de las vacaciones al nuevo curso.
Debemos tener presentes, que el inicio del nuevo curso puede que no sea el único cambio al que deben adaptarse. Ya que cambian de curso en la mayoría de los casos, y en ocasiones también de docentes, compañeros/as y asignaturas.
Proceso de adaptación al colegio
Tanto en el caso de las guarderías como en los colegios se aplica un horario de adaptación para que poco a poco el niño se vaya acostumbrando a la nueva realidad. Dependiendo de las medidas que cada centro adopte.
Así en las guarderías inicialmente, los niños/as van tan solo una o dos horas al día, pasando a tener el horario completo en tan una o dos semanas (dependiendo del centro).
En el caso de los colegios existe una diferencia en función de cada etapa. Así en la etapa de Educación Infantil (3-6 años) existe una mayor flexibilidad de horario y medidas para que los más pequeños se adaptan a los horarios, materias, hábitos de trabajo y normas de un colegio. En Educación Infantil, el primer curso (3 años) cuenta con una amplia flexibilidad que le permite durante semanas (dependiendo de cada centro) e incluso en ocasiones algo más de un mes, acudir al centro tan solo varias horas al día. De esta forma se desprenden del excesivo apego familiar con el que inician su escolaridad.
Ya en los 4 y 5 años de Infantil, la flexibilidad es menor, pero también cuentan con algunos días e incluso una semana para adaptarse nuevamente a esa realidad.
En el caso de Educación Primaria, esta adaptación tiende a ser menos flexible. Tan solo el primer día tienen un horario más reducido, aunque durante toda la primera semana, se realizan pruebas de evaluación iniciales y toma de contacto con las diferentes asignaturas. De modo que las exigencias esta primera semana son menores que durante el resto del curso escolar.
Para los niños mayores, los que ya están acostumbrados al mundo escolar, los "veteranos", la adaptación casi siempre no es un problema. Depende mucho de su carácter. Cada niño reacciona de una forma distinta y en esta situación no se puede haber comparaciones.
La postura de los padres
Tanto para el ingreso como para la vuelta a la escuela o al colegio, es fundamental que el niño cuente con el apoyo y el ánimo de sus padres. Es necesario que se críe un ambiente familiar favorable en casa para que el niño se sienta más seguro y más apoyado para adaptarse al nuevo ritmo de vida.
No debemos olvidar que el comportamiento de los mas pequeños en estos momentos, es muy comprensible, ya que actúan como los adultos ante una situación nueva: poniéndose nerviosos y ansiosos. Aunque es cierto que los niños/as tienden a demostrarlo de formas distintas.
Por ello la familia debe transmitirle confianza, ayudarle a que exteriorice cada día cómo se siente, qué tal le ha ido. Es importante dejarle claro que estamos seguros y tranquilos de que todo va a salir bien en el colegio y/o guardería. Sería un buen momento para charlar sobre las expectativas que tenemos de ese nuevo curso y la confianza que tenemos en que tienen la capacidad para conseguirlas.
Por otro lado, es interesante participar con ellos en todo el proceso, desde la compra de ropa o uniformes, de material escolar, comprar los libros, ayudarles a forrarlos,… Han podido comprobar que indico “ayudar” “participar con ellos”, insisto porque es importante que los niños/as se sientan la parte importante y nosotros seamos los guías, no quienes les hacemos todas las cosas, ya que les hacemos dependientes y siempre afrontarían los cambios con dependencia y desconfianza hacia sí mismos.
Ante todo, mucha paciencia.
Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)
