La utilización del ejercicio como terapia se remonta a varios siglos antes de nuestra era y, en la actualidad, es –sin duda- la parte de la fisioterapia que ocupa el mayor tiempo de trabajo de los profesionales que llevan a cabo las técnicas de rehabilitación.
Tradicionalmente, y de forma muy general, la cinesiterapia se ha dividido en activa y pasiva.
Conviene dejar claro que el ejercicio realizado por el individuo sano se incluye dentro de la educación física, mientras que la cinesiterapia incluye el ejercicio dirigido a las enfermedades o sus secuelas.
La cinesiterapia activa incluye los movimientos efectuados voluntariamente por el paciente, o por lo menos en parte, y podrá ayudárseles con un elemento exterior (fisioterapeuta) o mediante la utilización de los reflejos y de ciertas posturas. Al respecto, podemos distinguir:
– Movimiento activo puro: el paciente ejecuta el movimiento por si mismo, sin ninguna ayuda exterior. La única resistencia eventual es la lucha contra la gravedad.
– Movimiento activo-asistido: el paciente ejecuta el movimiento con la ayuda del fisioterapeuta.
– Movimiento activo-resistido: el paciente realiza el movimiento, pero a fin de intensificar el trabajo muscular se le pone una resistencia, que puede ser manual ( la realiza el propio fisioterapeuta) o mecánica( dispositivos externos como pesas, lazos elásticos…
La cinesiterapia activa incluye el conjunto de ejercicios realizados con fines analíticos ( trabajo de un músculo o grupo muscular específico) o globales( trabajo de cadenas musculares, para lo que se utilizan los ejercicios funcionales.
La cinesiterapia pasiva comprende el conjunto de técnicas que se aplican sobre las estructuras afectadas, sin que el paciente realice ningún movimiento voluntario de la zona que hay que tratar. El paciente no interviene en absoluto, no presenta ni ayuda ni resistencia en la realización de los ejercicios aunque es consciente del movimiento que se realiza.
Las posturas se incluyen dentro de la llamada cinesiterapia pasiva. Son un medio de recuperar el movimiento de una articulación que se ha tornado rígida, acompañada o no de retracciones de las partes blandas. Son un valioso complemento de la movilización.
EFECTOS DE LA CINESITERAPIA
El ejercicio produce efectos locales en los músculos y las articulaciones correspondientes, y efecto de repercusión general.
Entre los efectos locales:
– Mejora y aumenta la circulación y favorece el retorno venoso y linfático.
– Aumenta el volumen muscular.
– Aumenta la funcionalidad muscular.
– Distiende estructuras fibrosas que estén acortadas o retraídas.
– Facilita la movilidad articular.
– Favorece el funcionamiento y la transmisión del impulso nervioso, mejorando el equilibrio y coordinación del movimiento.
Entre los efectos generales:
– El ejercicio aumenta el trabajo cardíaco.
– Mejora la vascularización y aumenta la circulación favoreciendo el intercambio entre los tejidos.
– Aumenta la temperatura.
– Tiene efectos psíquicos favorables y produce un estado físico satisfactorio, hecho éste muy importante para la recuperación de los enfermos.
FINALIDADES Y OBJETIVOS DE LA CINESITERAPIA
– Mantener o aumentar el trofismo y la potencia muscular.
– Evitar la retracción de estructuras blandas, articulares y periarticulares y distender las estructuras retraídas.
– Prevenir las rigideces articulares y mejorar la amplitud de la movilidad de las articulaciones limitadas.
– Corregir actitudes viciosas y deformidades.
– Facilitar estímulos nerviosos que permitan conseguir la relajación y evitar o disminuir el dolor.
– Ante un período de inmovilización de una articulación:
o Preservar la función muscular.
o Prevenir la atrofia muscular.
o Prevenir fibrosis.
o Prevenir el estasis venoso y linfático y,
o Mantener la movilidad articular por encima y por debajo de la articulación inmovilizada.
MODO DE APLICACIÓN Y CONSIDERACIONES TÉCNICAS
El local donde se realizan los ejercicios deberá ser agradable, amplio, luminoso y con una temperatura adecuada.
Se establecerá una relación de confianza entre el paciente y el fisioterapeuta.
Las movilizaciones se realizaran de manera muy cuidadosa y progresiva hasta conseguir el efecto buscado.
Se evitará provocar dolor, ya que éste produciría mecanismos de defensa que alterarían la eficacia del tratamiento.
Antes de diseñar un programa de cinesiterapia, el médico rehabilitador deberá de realizar una correcta evaluación funcional del paciente para conocer con exactitud el tipo de cinesiterapia que es necesaria, ya que, una mala aplicación no es solo ineficaz sino que en muchas ocasiones es perjudicial.
Dra.Yolanda López Gutiérrez
Médico Rehabilitadota de ASEM
Miembro del Consejo Médico Asesor de AEDEM.
Dª Almudena Ramírez Cabrales
Fisioterapeuta de ASEM
Colegiada 1.456