Los tratamientos y la rehabilitación les ayudan a ralentizar el deterioro. Pero esa no es su única lucha. También deben pelear contra la falta de recursos económicos con los que sostener la fisioterapia que reciben.
Debido a que el sistema sanitario no contempla la rehabilitación para el colectivo salvo en situaciones puntuales, la Asociación Malagueña de Esclerosis Múltiple trata de garantizar esa prestación, ya que la fisioterapia retrasa los efectos de la patología.
La organización tiene un gimnasio en el que atiende a un centenar de asociados. Pero en la provincia hay cerca de mil enfermos. «La mayoría están desatendidos, sobre todo en los pueblos», resume el presidente de la asociación Baltasar del Moral. Allí no disponen de fisioterapeutas que los traten.
En la capital la rehabilitación la presta la asociación, pero no sin esfuerzos. La entidad tiene un acuerdo por el que durante nueve meses dispone de un fisioterapeuta y un logopeda que contrata la Administración autonómica. Además, recibe subvenciones de la Junta para afrontar parte del coste de sus siete empleados con los que ofrece asistencia a estos pacientes que en los casos más extremos quedan postrados en una silla de rueda, pierden la visión o deben ser colocados en las camillas mediante grúas.
Pero las ayudas económicas que recibe son insuficientes para dar fisioterapia, logopedia y atención psicológica a un centenar de afectados. Del Moral estima que cada año tienen un déficit de unos 60.000 euros. Por ello, la organización debe organizar periódicamente rifas y conciertos para recaudar el dinero que le falta para cubrir los gastos.
Ahora, la asociación está haciendo una colecta entre sus integrantes para pagar los seguros sociales de los trabajadores correspondientes al mes de junio porque si no está al día con esos pagos, pierde las ayudas económicas que recibe.
Los asociados contribuyen con seis euros mensuales al mantenimiento de la organización y de los servicios que presta. Debido a que generalmente la patología hace su aparición entre los 20 y los 30 años, muchos de los afectados cuentan con pensiones no contributivas porque no reúnen el mínimo de años cotizados para obtener una jubilación más alta. Pagarse sesiones de fisioterapia de su bolsillo -que pueden costar como mínimo unos 20 euros la hora- resulta imposible para la amplia mayoría de afectados. Por eso, la asociación les cubre ese servicio.
Pero por una cuestión de proximidad, sólo pueden acceder a esa fisioterapia los enfermos de la capital y las localidades circundantes. La idea de la asociación de abrir delegaciones para acercar la rehabilitación a los enfermos ha quedado bloqueada por la falta de recursos. Como también está paralizado el sueño de construir un centro de día para los asociados. Tienen el proyecto arquitectónico, los 1.500 metros cuadrados de terreno en la Colonia de Santa Inés y las ganas de acometer la obra. Pero carecen de fondos para ponerla en marcha. De momento, el centro de día seguirá siendo sólo una iniciativa sobre el papel.
Fuente: malagahoy.es