Hoy en día, la lectura se inicia en la etapa de la Educación Infantil, en torno a los 4 o 5 años. Consolidándose en la etapa de la Educación Primaria, en el primer ciclo (1º y 2º). Hay niños/as que en Infantil ya empiezan a leer aunque silabeando, y otros muchos que no lo hacen hasta la etapa de Primaria. Todos ellos se encuentran dentro de la normalidad.
La lectura cuanto antes comience mejor, ya que le permite aumentar el vocabulario y organizar su propio pensamiento. Y es que gracias a todo lo nuevo que aprende va creando sus propias opiniones al respecto y organizándolas en su cabeza desde muy pequeños, incluso cuando tan solo visualizan los cuentos y nos oyen contárselos.
Es muy interesante ofrecerles libros de bebés desde pequeños, donde lo ven como un juguete divertido que se manipula, se muerde y se usa en el baño. Para posteriormente empezar a verlo como algo atractivo en si mismo, sobre todo por la información visual (para los primeros años) que debemos complementar con explicaciones y preguntas que le ayuden ha hacerse una idea general del cuento.
Según van creciendo, las lecturas les van ofreciendo modelos que permiten identificar situaciones, incluso identificarse a sí mismo en determinados momentos, fortaleciendo su propia personalidad y construyendo su propia identidad, siendo éste su punto más fuerte.
Además de la creación de su propia identidad, está demostrado que el que lea, por poco que sea, se expresa mejor, enriquece y amplia su vocabulario, consigue mayor rendimiento intelectual, es capaz de buscar nuevos caminos alcanzando grandes éxitos.
Pero ¿Por qué consiguen un mayor rendimiento intelectual?
La respuesta es muy sencilla. La lectura asidua permite comprender progresivamente con destreza lo que se está leyendo.
Así un niño/a que desde los 5 años está leyendo en sus ratos libres, aunque tan solo sea un rato, comprenderá mejor un enunciado de un problema, de un ejercicio de Lengua Castellana, que otro que tan solo lee en el colegio y lo imprescindible. Y al comprenderlo, lo realizará solo y sin dificultad, disfrutando del proceso de enseñanza-aprendizaje sin frustraciones y a su propio ritmo.
Es más fácil que alguien que acostumbra a leer intuya el significado de textos, enunciados,… que aquellos/as que lo utilizan exclusivamente por obligación.
En los últimos cuatro años, ha ido descendiendo el porcentaje de niños y niñas que leen con cierta asiduidad. Pasando de un 25-30% (que ya era poco entonces) a un 5-10%.
Esta poca inquietud por la lectura viene de los propios padres y madres que no están preparados para cultivar el gusto por ésta en sus hijos/as, ya que sus trabajos le hacen llegar a casa sin ganas o sin tiempo para ello. Siendo el espejo en el que los más pequeños se reflejarán imitando sus costumbres.
Y dentro de ese pequeño porcentaje, podemos hacer otra diferencia. Las niñas tienen mayor inquietud hacia la lectura que los niños. Éstos se decantan por los videojuegos, el ordenador,…
La lectura es muy importante y tiene grandes ventajas, como son:
– Educar en la voluntad.
– Estructurar mejor la capacidad intelectual y el propio pensamiento.
– Proporciona orden, método, concentración y disciplina.
– Amplía el número de intereses.
– Mejora la ortografía.
– Desarrolla la propia personalidad.
Por otro lado, algunas encuestas han probado que se lee menos cuanto mayor nivel educativo se tiene. Y es que aquellos que estudian muchos años, tienden a tener menos tiempo para leer o ganas después de leer estudiando. Tiene su lógica, pero nuevamente el pescadillo que se muerde la cola, ya que se aprenden los contenidos de módulos, carreras, cursos, master, pero no leemos por placer, simplemente para conseguir un objetivo concreto.
Por ello está comprobado igualmente, que los más pequeños leen más que los mayores, ya que no tienen tantos intereses que dispersen su atención.
Este último año se ha constatado que Andalucía tiene un nivel de comprensión lectora muy por debajo que el resto de España, y un nivel bajo a nivel europeo. Y es que como ya venía diciendo, si no se lee por costumbre, es imposible entender una corta lectura y responder a preguntas correctamente.
Es por ello, que existen en todas las editoriales materiales para el fomento de la lectura. E incluso en la nueva Ley de Educación en Andalucía (LEA), aprobada recientemente, recoge medidas para fomentar la lectura y luchar contra el poder de la imagen y los videojuegos.
La solución, no es prohibir ver la televisión o jugar a los videojuegos, sino más bien, limitar el tiempo para estas actividades.
Es muy interesante llevar a los niños/as a las librerías de toda la vida, donde saben aconsejar qué libros son los más divertidos, los más educativos… y en las que los niños/as pueden disfrutar de cuentacuentos y otras actividades que motivan a la lectura.
Orientaciones para convertirse en un buen lector:
Edad – Recomendaciones
De 0 a 2 años – El tiempo que desee. Libros de bebés, manipulativos, con sonidos, diferentes texturas y colores.
A los 2 años – Cinco minutos. Es imprescindible dedicar un tiempo a la hora del cuento. Se pueden utilizar alguna colección de audio-cuentos.
A los 6 años – Diez minutos. . Es interesante leerle los cuentos en voz alta y con entonaciones divertidas mientras ven las imágenes. Se deben utilizar libros con grandes imágenes y con frases pequeñas.
A los 10 años – Es interesante que elijan libros y revistas para leer, aunque creamos que se equivocan y que en el tiempo de lectura le dediquen el tiempo que deseen.
A los 12 años – Se deben elegir títulos de divertimento, de viajes, aventuras… Obras poco ilustradas y un lenguaje más rico.
A los 14 años – Sin imponerles nada, dejarles que lean revistas, prensa deportiva, tebeos. Lo importante es que sigan leyendo.
A los 16 años – Se deben seleccionar libros en función a las preferencias que ya han mostrado hasta ahora.
Con todo ello, recomendar que busquen un lindo cuento como regalo para estas fechas tan señaladas.
¡¡Feliz cuento!!
Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)